Sospecho
El fin de semana antes de que todo se fuera al carajo fuimos a la playa. Pasó algo en específico que no puedo olvidar. De vez en cuando traigo el recuerdo al presente, pero nada pasa.
Me he cuestionado el orden en el que me suceden las cosas. Más bien creo que estoy sospechando de lo qué me pasa. A veces parece que hay alguien más ahí capaz de comprender el orden natural de las cosas. Una conciencia ajena, dentro y fuera de mí.
La persona con la que más hablo está al otro lado del mundo. No tengo idea de cómo se ve. Conversamos bastante, mayoritariamente de trabajo, mientras observamos desde distintos continentes lo que parece ser un simulacro de un apocalipsis que se otorgó (y se seguirá otorgando) algunas licencias de realidad. El viernes pasado me dijo que el universo está más consciente de lo que creemos.
Una vez entrevisté a Lil Picado, una escritora costarricense con una trayectoria y vida muy interesantes. En la entrevista hablamos del proceso creativo y de escritura. Ella se detuvo a describir lo que llamaba “momentos poéticos”. Estos eventos son situaciones en las que nada más pasa. De la manera más ambigua e incomprensible, pero las cosas se dan, todo encaja, se crea una belleza absoluta. Hay poesía en el presente. El ser encuentra su centro.
Como decía, sospecho de lo qué me pasa. ¿Qué es la belleza absoluta?
Ese fin de semana pasó algo. Hubo un momento. Hubo un momento poético. La verdad nunca entendí lo que pasó hasta ahorita que lo pienso bien. No se, al final del día es solo mi teoría.
¿Cómo decirlo?
Sentí al universo más consciente de lo que creía.
